- El grano debe ser duro, seco, dificil de romper con los dientes, lo más
limpio posible y despojado de todo olor extraño.
- Guardar el grano en recipiente opaco y hermético.
- Mantener los utensilios limpios y lavar a fondo después de
cada uso, ya que los posos y la grasa del café se enrancian enseguida.
- Utilizar café fresco y recién molido.
- El molido deber ser fino pero no impalpable.
- Si el molido es demasiado grueso no se le saca todo su sabor y
la salida es muy rápida, sin crema y con gusto a agua caliente.
- Si el molido es muy fino lo tamiza y la salida es muy lenta,
crema a veces muy fina y con sabor demasiado fuerte y requemado.
- Poner una cucharada de café molido por taza.
- Usar agua clara y fresca.
- Retirar el café del fuego antes de que hierva.
- Servir inmediatamente, recién hecho y muy caliente.
- Servido en tazas de porcelana o loza es más agradable al
paladar que en un vaso de cristal.
- NUNCA recalentar el café y solo en el caso de absoluta necesidad
hacerlo al baño maría.
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