ELABORACIÓN DEL JAMÓN: CURACIÓN Y MADURACIÓN
El Reglamento de la Denominación de Origen jamón de
Teruel establece que
los secaderos inscritos en los Registros del Consejo Regulador deben
estar
como mínimo a 800 metros de altitud sobre el nivel del mar,
en parajes libres
de contaminación y de nieblas.
En los secaderos se realiza la elaboración del jamón,
con una duración mínima
de doce meses. El proceso de elaboración incluye dos fases:
curación, necesaria
para la correcta conservación del producto; y maduración,
durante la cual el
jamón alcanza sus características de sabor y aroma.
La curación, con una duración mínima de nueve
meses, se lleva a cabo
mediante cuatro operaciones: salazón, lavado, asentamiento
o postsalado, y
secado.
La salazón se realiza con sal natural en contacto con
el pernil durante
un máximo de 14 días, dependiendo del peso de la pieza.
Terminada esta
operación, los perniles se lavan con agua tibia para eliminar
la sal adherida.
Durante la fase de asentamiento o postsalado, la sal se reparte de
forma
homogénea en toda la pieza y, paralelamente, se produce una
eliminación lenta
del agua superficial. De ese modo, los perniles adquieren una mayor
consistencia externa frente a la acción de los insectos.
El proceso de asentamiento se realiza en cámaras con temperaturas
de 3 a 6
grados centígrados y una humedad relativa situada entre el
80 y el 90%. El
tiempo de permanencia de las piezas depende de su peso y oscila entre
45 y 90
días.