PROCESO
DE SACRIFICIO
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Para la elaboración de los jamones protegidos, sólo podrán
emplearse los
perniles procedentes de cerdos cuyo espesor de tocino a la altura de la
cuarta
costilla tenga un mínimo de cuatro centímetros y un máximo
de siete. Los
perniles se obtendrán cortando la extremidad posterior del cerdo
en su parte superior por la sínfisis isquio-pubiana.
Otra condición que exige el Reglamento de la Denominación
de Origen es que
los machos estén castrados antes de la entrada en el cebadero
y que las hembras
no se encuentren en celo en el momento del sacrificio. Además,
los animales
destinados a reproducción no podrán usarse para la
obtención de perniles para
la Denominación.
Las normas establecen el peso final del cerdo vivo para el sacrificio
entre 115 y
130 kilogramos. El animal deberá tener como mínimo
ocho meses de vida, y
de ellos uno y medio habrá sido alimentado con leche y los
seis y medio
restantes, cebado.
Los perniles destinados a la Denominación de Origen sólo
podrán proceder de
cerdos sacrificados en mataderos inscritos en los registros del
Consejo
Regulador y su peso no podrá ser inferior a los 11,5 kilogramos.
Antes de su transporte al matadero, los cerdos tienen que guardar
un periodo
de ayuno mínimo de doce horas. El transporte se realiza en
vehículos
adecuados para que el animal no sufra molestias ni daños.
Ya en el matadero,
deben pasar como mínimo doce horas antes del sacrificio para
eliminar la
fatiga muscular provocada en el transporte y asegurar niveles correctos
de
glucógeno en el cerdo, para lo cual se le administra agua
con azúcar. El
sacrificio del animal se hace con aturdimiento previo y posterior
sangrado, que
debe ser completo.
En la fase de oreo, la canal se mantiene durante un mínimo
de cuatro horas a
una temperatura máxima de 10 grados centígrados y
una humedad relativa del
90% en la primera hora y del 80% en las restantes.
Una vez realizado el despiece de la canal, los perniles, que no
pueden ser en
ningún caso taladrados, se mantienen durante 24 o 48 horas
a una temperatura
de entre -2 y +2 grados centígrados. Esta fase concluye cuando
el interior de la
pieza alcanza una temperatura de 2 grados, que debe mantenerse durante
el
transporte del jamón fresco a los secaderos, que siempre
se hace en vehículos
frigoríficos.
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