Preparación
- Una vez bien desplumado y eviscerado el animal, salpimentadlo generosamente por su interior. Atadlo luego con un bramante para
que se esté quietecito durante la cocción.
- Poned el horno a temperatura media. Alcanzada ésta, poned en la fuente en que vayáis a
hacer el asado 50 grs. de mantequilla. Cuando ésta se haya fundido, sacad la fuente y depositad en ella el pollo en cuestión,
dándole vueltas para que se embadurne de aquella por todos lados.
- Subid la temperatura hasta 200° y meted de nuevo la fuente en
el horno. Dejad que se haga durante una hora. (OJO : todos los hornos son distintos, no me cansaré de decirlo, y por tanto los
tiempos de cocción son estimativos : un 10/15% en más o en menos es perfectamente posible, a voluntad del cocinero/a. Por ello
éste/a habrá de estar al loro para ver cómo evoluciona su guiso y no consentir que se torrefacte ni tampoco que no llegue a
dorarse).
- Diez minutos antes de que finalice la cocción del pollo, calentad un plato y depositad en él la mantequilla sobrante, para que
se funda. Mezcladla bien con la media cucharada de harina.
- Sacad el pollo, una vez bien dorado y hecho, del horno. Quitadle el
bramante con que le habíais atado y dejadlo en la fuente de servir (el pollo, no el bramante).
- En la fuente en que hayáis efectuado
la cocción, verted el cava, rascando el fondo con una cuchara de madera para disolver los jugos que allí hayan quedado.
- Dejad reducirse despacio al horno el líquido resultante. Cuando la salsa haya tomado un agradable color marrón, añadid la mantequilla
enharinada : movedla bien con la cuchara de madera y dejad cocer el todo cosa de 5 minutos más.
- La salsa irá en una salsera
(precalentada) que acompañará en la mesa al pollo (el cual, como es lógico, no habremos dejado que se enfríe).
Receta Guillermo
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