Modus Operandi
- A los tomates que queramos pelar, se les hace una pequeña cruz con un cuchillo muy afilado, sin profundizar
en la carne, justo cortar la piel.
- Se introducen en un puchero con agua hirviendo los tomates y se escaldan
durante unos segundos y se sacan.
- En la cruz que habéis hecho veréis que se han levantado los pellejos, tiráis
de ellos y el tomate se pelará fácilmente y lo tendremos listos para su uso.
- Si queremos que no se nos
ablanden los meteremos en agua fría cuando los sacamos del puchero.
Fernando Villanueva del newsgroup es.charla.gastronomia
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