Recetas
- Bolitas de chocolate
- Bolitas sorpresa
- Crema ideal
- Filetes de hígado con espinacas
- Helado de almendras
- Lomo con manzanas
- Negrito
- Nidos de patata
- Palitos de pescado
- Puré de zanahorias
- Setas de huevos con guisantes
- Sopa de verduras
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NUESTROS PEQUEÑOS
"GOURMETS" Frutas, Zumos y Postres Miguel
A. Román
- Pues señor@s, padres y madres (eh, y tías, que también
me siguen tías) presentes y
futur@s, llegamos al final de nuestra mini-serie, con lo más
obvio... pero no siempre.
EL que esto subscribe es hijo de la fruta. Este paladarcito mío
que muere por el
chipirón de anzuelo y el gazpacho de oliva no es innato sino
post-puber, pues hasta la
tierna edad de cuatro añitos, según narración
materna, mi principal fuente de alimento -la
única aceptada por mí- fué el plátano
de canarias aplastado con tenedor, disuelto en
naranja y dulcificado con las primeras harinas de papilla industrial
que vieron nuestros
polos de desarrollo.
Sigue siendo una receta válida a partir del tercer mes
y hasta la pre-escolaridad. Mi
niña comenzó su cucharamiento extra-lácteo
con unas manzanas, peladas, descorazonadas y
cocidas en un tazón al microondas (tazón para conservar
el líquido) y luego trituradas con
zumo de naranja y enriquecida con papilla multi-cereales. El plátano,
la manzana y la
naranja serán las primeras frutas generalmente -la hiperalérgena
fresa, por ejemplo,
deberá esperar un tiempo-. Desde luego está la fruta-papilla
por excelencia: El aguacate
maduro, ideal para la dentición escasa, dulce y alimenticio,
pero su excesiva alcalinidad
no lo hace recomendable antes de los seis meses. Igual sucede con
la papaya.
Los gajos de mandarina o las uvas peladas son un juguete perfecto,
de colores alegres,
brillante y además dulce, pero cuidadito en elegir una variedad
garantizada sin semillas.
El melocotón y albaricoques, incluso en su forma seca: los
orejones enseñan a masticar sin
peligro (y no contienen más azúcar que la fruta).
La pera como la manzana, hervida al
principio. Frambuesas, piñas tropicales, granadas y arándanos
deberán esperar al año de
vida.
No es infrecuente que al chavalín/a no le guste la fruta
fresca. Malo, pero podemos
intentar que recapacite añadiéndosela "traidoramente"
al yogur natural o en zumos puros o
mezclados. Los zumos son una excelente forma de calmar la sed y
aprovechar para colar
sabores y vitaminas. Si "responde" bien os podeis plantear
adquirir una "licuadora" (os
queda zumo para diez o doce años mínimo). Muchas veces
el de uva es su preferido...
¿indicios de un futuro buen catador??? ;-) Camino de los
dos años -quizás antes- una
pajita en el zumo lo convierte en un juego y un experimento de física
aplicada. Una vez se
aficione a la pajita cualquier líquido que necesiteis administrar
viajará mejor por este
conducto, incluido el abominable jarabe para la tos o la intragable
suspensión de
ampicilina disueltos en un vasito de melocotón licuado.
La fruta no es siempre un "postre". Para ellos puede
ser un aperitivo o incluso el
plato principal -no tiene más alimento un puré de
zanahoria que uno de manzana-.
Para que Mafaldita se tomara la sopa había que ofrecerle
"panqueque" de postre. No sé
que tal estaba la sopa que preparaba la mamá de Mafalda,
pero el panqueque argentino
merece la pena tragar lo que sea -que Lito o Karina me desmientan-.
El postre -supuesto
dulce- no debe convertirse en un chantaje, pero sí puede
ser un premio merecido. Escatimar
chocolates, natas, flanes, natillas y arroz con leche no creará
un niño más sano, sino más
infeliz. Las tartas, bizcochos y masas fritas son más preocupantes
pero también tendrán su
hueco en la dieta. La caries y la obesidad son enemigos a batir
con medios más sensatos
que la simple prohibición de dulzura materna vía repostería
casera.
Va una receta. Antes de que la diga Tatiana la suelto yo: Falso-Mousse
de chocolate
al microondas: En una taza poned tres o cuatro cucharadas de nata
líquida, una cucharadita
de azúcar y unos trozos (50 grs) de chocolate "fondat".
Treinta segundos a 650 W (ensayad
y regulad según vuestro cacharro). Con una cuchara terminad
de disolver el chocolate en la
nata, guardad en la nevera tras advertir al resto de la casa es
para el pequeño, QUE NI LO
TOQUEN!!!
Un Amigo
Miguel A. Román
cfarb@correo.rcanaria.es
N.del A.- Aunque la información vertida está contrastada
con bibliografía especializada,
nada, nunca, sustituirá la opinión del pediatra que
conoce cada caso particular.
Publicado en el
newsgroup es.charla.gastronomia
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